lunes, 23 de noviembre de 2009

Norberto García Yudé y su libro: Partículas-dijo.


Partículas —dijo
Cuento breves
144 páginas
El Francotirador Ediciones



Se asomó a la infinitud del Universo y dejando caer una mirada, que desde lo profundo del cosmos atravesó la eternidad de las galaxias, vio el mundo y a los seres que habitaban en el: —son… partículas —dijo

(PharKus MCMXLV­ —D.C)
Versículo 178 ­­







Norberto García Yudé y su libro Mentiras Indecentes


Mentiras indecentes
Cuentos, 64 páginas
Pirca Ediciones

A manera de prólogo Carta de María Esther de Miguel
Queridos Chicos, José Luis y Norberto
.

Me dio mucha alegría saber que los dos están bien y que Norberto estás recuperándote de tu enfermedad; cuando viajó tu hermana Hilda a Madrid me trajo noticias de ustedes.
Es una lástima que no quieras que te conteste por correo electrónico, es mucho más rápido.
Yo fui una vez a la editorial a buscarlos para un acto pero me atendieron los nuevos dueños, que entre paréntesis no me gustaron para nada, así que no volví más. Estaba todo muy venido a menos, el salón y las oficinas.
Quise contestarte rápidamente para acusar recibo por los originales de Mentiras indecentes. Lo leí y me gustó mucho. Como siempre tenés ese toque socarrón y cáustico que hace inconfundible tu estilo; la originalidad y temática son destacables. Me divertí mucho leyéndolos, sobre todo por las dosis homeopáticas de los cuchacaras, como te escribí en la crítica de Partículas —dijo, para La Nación. Me pareció muy bueno El albatros. También vi que seguís con el código de no incluir el cuento que da título al libro, pero que aparecerá en el próximo.
Encontré dos errores importantes que te diré personalmente a tu regreso.
Atendiendo a tu pedido te digo que estoy dispuesta a prologártelo, aunque me esperan unos meses de intensa actividad ; ya estamos preparando la feria y tengo varios compromisos con Planeta. De todas maneras quedate tranquilo que me iré un fin de semana a Entre Ríos y allí lo haré. Bueno igual nos vamos a ver antes, ya que en tu carta me decís que se vuelven a radicar en Buenos Aires antes de navidad, entonces nos juntaremos para festejarlo, en cuanto a …
………………………………………

María Esther de Miguel y Norberto García Yudé

Nota del autor: Esta carta de mi amiga María Esther de Miguel continúa, pero los siguientes párrafos son de orden absolutamente privado, quise poner este fragmento a su memoria a manera de homenaje.


Eduardo Gudiño Kieffer y Norberto García Yudé









Norberto García Yudé y Pedro Orgambide

Norberto García Yudé y su libro Esa Muchacha


Esa muchacha
Poesía, 80 páginas
Ediciones Del Boulevard
Prólogo de José Luis Thomas
Asumir la responsabilidad de prologar el libro de un autor con mucha obra publicada, es más que el análisis del mismo, involucra conocer la génesis de toda su creación. Considero que a lo largo de la vida un escritor escribe un solo libro. Dice de diferente maneras y variadas técnicas todo lo que necesita expresar a partir de su cosmovisión.
Elige para cada ocasión un tema que desarrolla urdiendo el entramado de palabras que dirimen frente al lector y por qué no a través de él, la respuesta a sus interrogantes, que tal vez nunca conozca y por eso ha de seguir escribiendo.
La obra de Norberto García Yudé nace de la internalización de un sentido fatalmente poético de la vida, más allá de la realidad misma; es decir encuentra en la ficción un modo de reinterpretar la realidad, pero sin caer en el límite de lo increíble. Tanto su narrativa como su obra poética recorta la silueta de lo posible a la que le insufla ese toque de irrealidad. Como la vida misma traspasa las fronteras de los reinos, sin atreverse a morar en uno de ellos porque sabe que en el juego mismo de ir de uno al otro está el equilibrio que da certeza.
Esa muchacha, define un estilo marcadamente certero en este deambular por las emociones y los apasionados laberintos del ser de carne y alma.
El formato de poesía le sienta bien a su histrionismo poético. No podríamos disfrutar de cada uno de los temas que encara si no fuera a través del efímero trazado de los versos. En ellos Yudé sopesa con mucha solvencia, que denota oficio, no sólo inspiración, la fuerza dramática y por momentos épica con la levedad de la razón enfrentada a todos los misterios, encauzada desde la compulsa de deseos y sentimientos arrasadores.
No es fácil hablar del amor, ser original, creativo y lograrlo, siendo un tema tan tratado y maltratado a lo largo de la historia humana. Es por cierto uno de los estados del alma y el cuerpo más conocidos y desconocidos al mismo tiempo, que lleva a los seres por pasajes de luz y sombra, arrastrándolos del cielo al infierno y viceversa.
Encontrar la propia voz para nombrar al amor, al deseo, a la lujuria y al casto beso, es un trabajo que demanda haber vivido. Significa que antes del verso estuvo la gracia de alegrarse y sufrir con el amor en carne propia.
No hay en todo el libro experiencias prestadas, sólo fatales convicciones. Y al decirlo así se podría pensar que se habla de un amor razonado, digerido desde la mesura analítica, pero no, justamente la belleza de todo el libro, reside en esa virulencia que no da paso a lo correcto sino que se expone con total crudeza.
Es esta última apreciación la huella que se imprime en toda la obra del autor y por la que sus lectores podrán transitar disfrutando de un estilo personal y afiatado. En todos sus libros tanto de narrativa como de poesía, ronda la vida con sus exhuberancias.
En sus cuentos nos sorprende con finales inesperados y muchas veces abruptos que nos dejan al borde de insospechados sentimientos. Se podría decir que no escribe para pasar el tiempo ni para entretener a los lectores sino para sacudirlos del letargo de las propias certezas. No es que quiera cambiarnos, nos muestra otra cara; nos empuja hacia fronteras donde se ponen en evidencias aspectos y apetencias humanas de lo más cotidianas o deformaciones sociales en las que estamos inmersos y por las que nos dejamos arrastrar.
Es conciso para escribir; no deja hendijas; no hace lugar a la palabra por la palabra misma; no le interesa regodearse en la frase o detenerse en su ampulosidad, pasa con y por el lenguaje como si estuviera tejiendo una pieza cuya estructura predeterminada va a definirla; es decir teje dos mangas, no tres o cuatro porque tiene hilo.
Es destacable la capacidad estética para encuadrar sus temas dentro del marco de la austeridad.
Por momentos cae una y otra vez sobre una idea afirmándola y reafirmándola; la nombra y describe de diferentes maneras, la califica repetidamente sin caer en la peligrosidad del ripio. Sabe manejar la insistencia bocabularia desde el interior del sentido y los acentos que cada palabra conlleva a fin de dar ritmo y cadencia al verso.
En un comienzo hablé de oficio, porque es justamente ese trabajoso camino entre palabras el que subraya lo neto y la esencia que permite a una obra sostenerse por su propio peso.
Todos sus prologuistas de libros anteriores, escritores de la talla de Oscar Herme Villordo, María Esther de Miguel o José Isaacson, coinciden en esta visión de su oficio donde salta a la vista la sencillez y la justeza para decir, que sólo se logra cuando escribir es parte de la vida misma, a la que se suma la búsqueda constante de sustancia a través de la lectura y el trabajo a destajo con la palabra.
¿Cómo construye sus versos García Yudé? Lo primero que uno comprende es que le vienen desde el fondo mismo de su ser. No se duda ante la resuelta contundencia de sus imágenes y ha plagado de insomnio /mis ojeras enfermas, quien no capta la voracidad del amor ante esos versos que tiñen de violeta toda posible liviandad.
El poeta se entrega, atado de pies y manos porque no puede dejar de decir que el amor lo redefine una y otra vez.
Y no nos deja dudas al decir Voy a abrazarte/ con los brazos dorados/ de las Santa Rita/ fragantes de mi infancia.
Los recuerdos que evoca convocan los múltiples reflejos del amor desencadenado en nosotros.
Por esto decía antes que hay vida en su poesía, en toda su obra; más allá de la fantasía que pueda imponer a su decir
no cabe duda que Yudé ha trajinado cada día de su vida, cargando los mandatos de la sangre y como dijera en un poema de su libro Signos Vitales , Mi padre y el padre de mi padre,y el padre del padre de mi padre… aludiendo a esta urgencia que en él se concreta de todas las apetencias de vida de su antecesores.
Dice: Amanece/ mi amante duerme/ en las orillas de sus labios/ emerge el sol resplandeciente… Y contiene toda la belleza del amor nuevo, del amor sin tropiezos, del amor que aún no ha sudado la similitud de los días.
Porque el autor sabe también que el amor se nos muere por dentro/ como un imaginario viajante solitario… Es toda esta capacidad de ver desde adentro que lo hace tan creíble; que convierte la malla poética en una elastizada zona donde caben todos los juegos ilusorios del amor.
Y pasa de un ambiente a otro para dejar en la huella némica una imagen que más allá de la visión sea capaz de llenarnos de perfumes Traía olor a leña en las caderas/ en la boca y los ojos un desapego… Cambia el paisaje, los personajes, la noción de amar y se cuela sin nombrar la tierra y sus dones, con un final que reafirma la pasión y el sentido de lo efímero …más no me bastó el río/ para extinguir la hoguera.
La poesía es parte de la vida. Hay que saber encontrarla. Los poetas, andan con ella a cuestas y tienen la capacidad de revelarnoslá, pero no es tarea sencilla, la verdadera poesía es escurridiza y se necesita talento para encadenarla.
Yudé retiene el aliento poético a lo largo de todo el libro en un ritmo cadencioso y articulado de manera tal que cada una de las muchachas que dan nombre al libro, contonean sus caderas y percuten una sensualidad particular. Su hombre las convoca para que se desnuden. La deja expuestas sin más tapujos que la palabra volátil.
La densidad estética sostiene la esencia invisible de lo poético. García Yudé trabaja desde la perspectiva de quien define los contornos sin trazar la línea, sólo marcando los juegos de luces y sombras. No hay un dibujo previo; es toda una impronta que salta y se fija como una explosión que transfigura: Cuando me dijo adiós/sólo quedaba entre los dos la insoportable/ mesa de café/ y un par de tazas/ vacías/frías/ frías como su mirada. Cada verso, corto y llano, registra la impresión de esa escena glacial.
La riqueza de su decir sabe que ha de basarse también en la belleza de algún deseo imaginario, que no alcanza a definir y que se le escapa de la tangible finitud de la piel: Tal vez/ simplemente te imaginé/ tan bella y lejana con ardua/ rigidez de estatua/…
Sin abandonar la delicadeza del amante solícito, ronda toda la atmósfera del libro una fuerza contenida y hasta una especie de apasionamiento irracional: Te busqué con la furia atormentada/ con que matan las aves de rapiña/ y destrozan las fieras a sus víctimas/ te estrujé entre mis brazos poderosos/ hasta extraer toda la sangre que tuvieras/
… En el logradísimo Placeres solitarios, el poeta abre el surco de otro nivel de entrega: todo pasó muy pronto/ verano y humo lejano sabor del alcanfor/ ella se marchó / y retornaron los placeres solitarios.
Es notorio la multiplicidad de imágenes que evocan colores sabores y perfumes recreando atmósferas propiciatorias y el légamo nostálgico donde se guardan los amores pasados.
Por momentos la belleza clásica sobrepasa toda posible interpretación para abrirnos a todos los descubrimientos: Susurros soterrados en la noche inviolable/ socorren a los grandes olvidados… Hay belleza que trasciende la necesidad de definir; y la poesía es justamente lo que nos expresa sin nombrar.
Y como en sus cuentos no puede abandonar el vicio de la ironía y hasta el humor negro como en Caramelos de menta.
O en Sopa al final dice: El cucharón/ hizo una carraspera de rigor/ en la sopera.
En su deambular por las pasiones y las blanquecinas penumbras de las sábanas se encuentra consigo mismo o con una parte de sí o con uno de los nombres del mal ese Belphegor que ronda sus cavilaciones:…me sacrifica/estoy inmolado/ en una dimensión/ que enloquece los sentidos/…
Casi sobre el final del libro hay un subtitulado que dice …Y las otras, como si éstas no fueran tan suyas como las anteriores. Parece alejarse para mirar desde afuera, aunque no deja de estar siempre adentro de su propia espesura: …que quedé enamorado como nunca/ sólo yo pude ver a la poesía bañándose desnuda…
Es este un libro que abarca el espectro femenino y lo esgrime en todas sus facetas: La madre del soldado/ llora vacía en la marea/ se atormenta vencida/ cuestiona su destino/ y ruega a Dios/ sobre una lápida tan fría/ que no tiene respuesta.
Y en Julia la colorada, poema que propone un ritmo y una solvencia singular, el poeta redime a la mujer del amor que sabe amar y la trae desde París como si deseara entronizarla en la ciudad luz, donde puede vibrar el amor sin ser destituido por los pacatos.
Así de poema en poema se deambula por una galería de imágenes y palabras que nos remiten a la sublimidad del amor más allá de toda desdicha, de toda discriminación: Surgida del centro de la tierra/ allá/ en Lesbos.
Norberto García Yudé, entrega un libro trabajado con ahínco y apasionado sentido poético. La unidad temática densifica la sustancia que sostiene el logro formal y estético.
Es en suma un homenaje al amor cuya belleza lírica, abarca toda exaltación y todo éxtasis.

Norberto García Yudé y su libro Lucero... Arbol


Lucero…árbol
Poesía, 72 páginas
Pirca Ediciones

Prólogo por Alberto M. Pereyra

Dámaso Alonso autoridad crítica de la Literatura Española, dijo alguna vez “El poema es un nexo entre dos misterios: el de la poesía y el del lector. Luego de leer en profundidad esta nueva obra de Norberto García Yudé, que ha titulado “Lucero...árbol...”, veo que el primordial elemento para ese nexo, está lanzado, el de la poesía y estoy seguro que el nexo lector, cerrará el misterio del poema con toda la majestuosidad de la palabra: “ Vio volar el pájaro en la brisa distraída // hacia el atardecer impávido, casi encima del sol...”
Norberto, con este trabajo, muestra un singular lenguaje con el que sobrevuela toda la composición y que escapa a lo común, extrayendo un contexto no habitual en sus anteriores creaciones literarias.
Hay en él un oculto sentido de la nostalgia que por si solo requiere un uso especial de metáforas e imágenes: “Lucero..., árbol..., dos brazos leales // de mi cuerpo que abarcan // la llanura infinita de mi alma y acompañan mis senderos”.
Además no puedo dejar pasar la tiernas figuras que pueblan sus poemas: “Mi árbol está allí mirando el cielo // a brazo partido con las nubes // de cara al sol y las estrellas...” con esto podemos pensar que este ejemplo de sensibilidad es a la vez una exaltación y una nítida remembranza, también consecuencia de nuestra tradición cultural o es el fruto de mirar al pasado tan usado en la lírica castellana.
Todos los temas del libro se mueven en una conjunción de duplas, “sangre-savia”. “carne-madera”, “raiz-libertad”, etc. que quizás para algunos sea temático o se trate de una manía del autor que puede rozar los límites de lo trivial, tal vez sea así, pero lo simple está manejado con un conocimiento y un dominio tal del poema, que lo que indudablemente roza es la fibra íntima de la emoción: “Yo digo // hermano Lucero // hermano árbol // Francisco es el hermano de todo el universo // amor y piedad son sus razones...”.
Tal vez la imagen de Lucero y su dueño, nos traiga reminiscencia del Quijote y Rocinante, del Cid y Babieca, de Alejandro y Bucéfalo, pero lo que se rescata es la dulzura de Platero de Juan Ramón Jiménez.
Promediando el brillante desfile de versos sencillos y resonantes que atrapa con su cuidada elaboración lírica y alguna disimulada rima asonante, aparecen una variedad de cantos a lo formal, a lo cotidiano, a lo sentimental: “ Si la viera // si mamá la viera // tan parecida // tan igual a ella”, que consiguen mantener una gran coherencia interna, facilitando el disfrute de esta nueva propuesta de Norberto, al servicio de una pasión poética pura.
Los lectores encontrarán evidentes implicaciones de preceptiva y de manejo de la retórica que ha conseguido una composición vivencial que late con fuerza a lo largo de todo el libro, aunque sin dudas el autor sólo busca la belleza del poema.
Agregaré por último que en todo el libro siempre existe una determinada evocación que nos conmueve, en este caso el árbol y Lucero, tienen mucho que ver referencial y remotamente con la dialéctica que se impone entre el autor y el libro, dos referen-cias que han estado especialmente presentes.
Por todo esto y parafraseando a Paúl Auster rescato: “Nos convertimos en lo que somos, pero seguimos siendo lo que éramos, a pesar de los años”. Y Norberto con esta obra lo confirma.



Contratapa de José Luis Thomas

Ante la tremenda sensación de vacío que paradógicamente produce el mundo actual, globalizado y consumista, donde se crea la ilusión de que hay de todo para todos; García Yudé, perplejo ante el desarraigo de todo lo humano del corazón del hombre, que lo lleva a decir —no salgas, no hay nadie afuera— reordena su noción de estar vivo y sensible en un diálogo sin precedentes con su caballo y con su árbol. Esos dos seres que son parte de la vida que expresamos con un yo que divide y parcela, le permiten recuperar el sentido y las fronteras indivisas, para reinstalar en su conciencia el sentido profundo de la vida y el amor. Lucero y el árbol, testigos mudos de la locura del ser humano, inducen en el alma del poeta versos que van más allá, mucho más allá de cualquier elucubración intelectual, para despertar un sentido crítico salido de las entrañas de sentir la existencia en su totalidad. García Yudé, siguiendo la huella de su estilo diáfano y sencillo se funde en revelaciones que acallan los murmullos del conocimiento prosaico, para dar de lleno en el corazón donde habita el silencio creador que no tiene palabras y sólo sabe amar. Lucero, árbol… es un libro cuya significación elude todos los ismos, convirtiendo en poesía pura, hermosa y simple toda posible metafísica donde el alma busque su sentido de ser.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Manuel Mujica Lainez prologa a Norberto García Yudé, año 1969




Prolegómenos para el joven poeta
Por Manuel Mujica Lainez

A solicitud de Norberto García Yudé lo acompañaré en este, su primer libro de poemas, con algunas reflexiones personales. He leído los originales de este joven artista y es evidente que posee gran vocación. Aunque viene de los escenarios donde ha realizado varias obras de teatro, pareciera ser que este arduo oficio no alcanzara para expresar su pasión existencial. Elige el camino de la escritura para dar cauce a una visión extraordinaria y diversa de la realidad que lo conmueve y en sus Cantaros Crueles refleja la energía vital que lo acomete en su turbulento diario vivir.
Es sorprendente como este joven poeta, valiéndose de lenguaje sencillo y coloquial convoca la emoción del lector. Aquí hay sin duda alguna poesía lírica, enamorada de una ciudad que lo aprisiona y a la cual pertenece en tiempo y espacio, manifestada sin falsos pudores ni temores, y a la cual debe sublimar para poder sobrevivirla.
Las asonancias dejan abiertos los poemas, prolongan sus ecos en la interioridad sensible del lector, conmoviéndolo describen pensamientos que son también asonantes en su belleza espiritual. Por momentos el ritmo interior de cada verso se acelera.
Como es sabido la verdadera magia nunca se expresa en medidas y rimas exactas y de las que afortunadamente, García Yudé se despreocupa, al contrario: cada formula es imprecisa.
Este breve pero consistente poemario anuncia que estamos en presencia de un futuro gran poeta.

CONTRATAPA

El cántaro

¡Como se platinaron mis atardeceres!
Como la miel tan dulce de mi ayer inmediato
se transformó de rápido en sabores de hiel,
que inseguro hoy se siente en mis manos el cántaro
que con tanta firmeza mis verdades más fieles
de otrora y aún muy verdes desde él derramé.

Incrédulo lamenta su insondable fondo
no comprende, no entiende que de cántaro noble
se trocó en cántaro ya de inservible cruel
y le pregunta en vano al inútil alfarero:
¿Qué pasó con tu vida? ¿Qué te hicieron?
Simulo no entender y seguir adelante
¿qué me han hecho…? ¿por qué?
…simulo no entender…

No culpes viejo amigo a los hombres
que si ayer fue de panales y mujeres sedosas
de frutos deliciosos y licores sublimes
hoy es tiempo de partidas sin rencores.
He de reunir mis cosas, dejar las cuentas pagas
acomodar mis ropas y arreglar mi anaquel.

Y ya, mañana mismo sin ninguna demora
de tu vertiente ignota me tocará beber
el légamo imborrable del fondo misterioso
y en la última tarde coronada de adioses
desde mi niebla gris mezclada con la noche
partiré sin esfuerzos, sin llantos ni reproches
a beber satisfecho y liquidar de un golpe
la gota más amarga de mi cántaro cruel.

domingo, 18 de octubre de 2009

Feria del libro de Villa María-Córdoba

Norberto García Yudé presentó la reciente novela de José Luis Thomas: Se perdona tanto como se ama, una vida de Clotilde Sabattini de Barón Biza.
En la fotografía tomada en el Stand de SADE, lo vemos junto a Thomas y entre los dos la escritora Cristina Pablos.
El poeta Normand Argarate coordinó el encuentro.

Expo de San Francisco-Córdoba

Norberto García Yudé junto a la escritora local Lilian López Stoppani y José Luis Thomas.
En el auditorio del predio ferial y en el marco de la feria del libro, Yudé presentó su reciente novela Extrañas maniobras, se refirió a la obra José Luis Thomas.

sábado, 17 de octubre de 2009

José Luis Thomas se refirió a Extrañas maniobras

José Luis Thomas, se refirió a Extrañas maniobras y llevó adelante la presentación con su histrionismo habitual. El público entró en el juego y se generó un especial clima, cuya singularidad hizo de esta presentación, un momento para recordar.
En la foto junto a Yudé, la Periodista Silvina Gatti, que realizó un estupendo análisis de la obra.

Cora Cané en la presentación de Extrañas Maniobras

Cora Cané, me privilegió con su cálida presencia en la presentación de la novela. Amiga entrañable de toda la vida no quiso estar ausente en este acto tan importante para mí.

Presentación de mi novela Extrañas maniobras


Presentación de la novela Extrañas maniobras, en la Casa de la Cultura de Alta Gracia. Fue presentado por José Luis Thomas y la periodista Silvina Gatti.
Contó con la visita especial de Cora Cané en una de las fotos con el autor.
Numeroso público asistió al evento y se creó un clima de asombrosa calidez y camaradería.


























Presentación del libro La Serranita, su historia





Se presentó el libro La Serranita, su historia, cuyos autores Norberto García Yudé y José Luis Thomas, tuvieron a su cargo, la presentación del mismo que se llevó a cabo en la sede Comunal de La Serranita, con presencia de numeroso público y autoridades locales y de villas vecinas.
En las fotografías
Arriba:
Norberto García Yudé con Norma Rabellino, Presidente Comunal de Villa La Bolsa y Antonio Alberto Bruno, Presidente Comunal de Los Aromos.
Abajo
Norberto García Yudé y José luis Thomas con Titi Stöll, una de las más antiguas vecinas de la villa con su hija.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Pez Expreso y Signos Vitales


Pez expreso

Cuentos













Prólogo de Oscar Hermes Villordo

Lo fantástico irrumpe en los cuentos cortos de Pez Expreso. Como una realidad más. Lo es, sin duda, pero el talento del escritor consiste en convencernos de su existencia. Norberto García Yudé recurre a los finales sorpresivos en sus historias para decirnos que sí, que además de la realidad, ésa que creemos única, la otra, la de la fantasía extrema (llamémosla así), tiene que ver con nuestras vidas, y de modo irrebatible. No es poca hazaña. Aunque aquí la hazaña es por partida doble.
El cuento corto, tal como lo concibe García Yudé –ajustado, de economía verbal, preferentemente de tema cotidiano, para mayor contraste—, constituye un desafío cuyas dificultades no escapan a las buenas intenciones. De esta empresa obtiene resultados que bien pueden calificarse de satisfactorios. Fantasía, variedad y seguridad en el desarrollo lo hacen apto para salir airoso. Piezas como ¨ La O ¨ probarán holgadamente que ha hecho bien en elegir este tipo de relato, tan poco cultivado en la actualidad, que prefiere las extensiones inabarcables y aburridas.
Precisamente de aburrido no tiene nada Pez Expreso. Su autor concibe las historias con una buena dosis de humor, a veces de humor negro, y les agrega un lirismo sobrio, convincente, que las hace aún más atractivas. Se trate de las breves narraciones y de las otras a las que alude el subtítulo, el interés es la guía consecuente.
Aunque Buenos Aires resulte el escenario predilecto y los habitantes de la ciudad los elegidos para protagonizarlas, el desierto y la selva, admirablemente recreados, y el pasado legendario, con sus exploradores, nativos y sacerdotes —en una suerte de profundización de la fantasía— el libro se muestra como un caleidoscopio de lugares y agentes enriqueciendo su perspectiva. No será fácil olvidar —y recurro a la memoria atenta del lector—, cuentos como ¨ Harina de maíz ¨, ¨ El Señor Henderschen “ “El recorte ¨(donde la irrupción de la muerte en el aviso
fúnebre de un diario logra manifestarse en su presencia escalofriante), ¨ La relojería ¨ y ¨ ¨Michifuses , para no citar sino unos pocos, En todos ellos encontrará al narrador que quiere transmitir un mundo, y lo consigue.
Para un libro de cuentos cortos un prólogo largo sería un exabrupto. Por eso estas palabras no quieren excederse en sus términos pero tampoco detenerse de decirles a ustedes, lo destinatarios de Pez Expreso, que tienen entre las manos un libro que, seguramente, no ha sido publicado en vano.


Contratapa
Con la misma velocidad con que los peces se desplazan, ya en una dirección o inmediatamente en la contraria, con desconcertante, certero y expreso tiempo, se desarrolla la vida, la de adentro y la de afuera.
Un PEZ EXPRESO de escamadas sensaciones, emociones sentimientos, gestos, sueños y percepciones.
Los momentos, al igual que los peces, yacen estáticos, expectantes, y de pronto toman velozmente un rumbo insospechado, irreversible, sin retorno. O simplemente se pasean a un ritmo normal, monótono. Y otra vez, todo vuelve a comenzar, hasta dejar torneado n destino.
Los momentos fugaces, del futuro, del pasado, los que andan sueltos por la realidad, los que habitan a imaginación. Introyectados, de pronto escapan de la mente, hacia el mundo exterior, hacia la libertad, porque desean ser vistos, escuchados y contados.


Fotos de la Presentación del libro en la Feria del Libro de Buenos Aires, año 1991


En las fotos Norberto Garcíoa Yudé está con Graciela Borges, Silvia Gsell, Onofre Lovero


Soledad Silveyra, Elsa Berenguer, Oscar Hermes (El negro) Villordo, Hugo Mujica, Gustavo Romero Berri




























































Signos Vitales

Poesía
Prólogo de José Isaacson


García Yudé, poeta de la clara profundidad

La poesía —como escribimos alguna vez— es el denominador común de todas las artes, además de ser un género literario especifico. No obstante, a niveles escolares se sigue estableciendo que la prosa y el verso son formas distintas de la literatura, confundiéndose de este modo el ropaje de la escritura como su esencia, como si lo exterior, esto es, la vestidura, pudiera definir la poesía.
Los verdaderos poetas se manifiestan a través de formas distintas, pero la literatura es el resultado de una cadena de palabras capaces de transmitir lo medular del hombre y del universo.
La poética cuyos rasgos definitorios acabamos de enunciar describe la actitud de Norberto García Yudé cuando enfrenta el acto literario. Transcribamos un fragmento de su escritura: Un él vagaba solitario y desconcertado por el distrito más lejano del cosmos. La soledad lo corroía. De pronto vio un lucero y quiso tomarlo. Sus ansias se oscurecieron y cayeron marchitas como flores secas, cuando descubrió que éste estaba enamorado de su propia luz (…) De pronto, sin darse cuenta se encontró con otro él y ofuscados y envueltos en un abrazo cósmico, a la velocidad de la luz, se fundieron en el universo.
¿Verso) ¿Prosa?, simplemente poesía: el yo que intenta derrotar la soledad en el abrazo centrípeto que confirma su existencia. Poesía metafísica que caracteriza uno de los libros más singulares de García Yudé. En otro pasaje del mismo libro —partículas —dijo,— el poeta pasa de lo metafísico a lo social: el protagonista de un texto —no por breve menos profundo— es agobiado por una pesadilla que lo obsesiona: un gigantesco paquete de yerba lo aplasta, aunque antes que Caronte se lo lleve para siempre, despierta sudoroso y gritando. El protagonista de la narración decide consultar a un psiquiatra, quien calma su inquietud, pero al salir distraído del consultorio no advierte que un enorme cartel que publicita la yerba que provocó su pesadilla se le cae encima.
En menos de una página García Yudé crea un clima de densidad poética notable y, al mismo tiempo, denuncia los efectos de la publicidad sobre el subconsciente de un hombre que no muere por efecto de una imaginaria pesadilla, sino por la realidad de una sociedad que lo aplasta con el bombardeo de la propaganda. Una vez más advertimos que la poesía se logra si el creador emplea palabras cuyo sabor es la esencia de la vida que debe afrontar tanto en las circunstancias sociales como, cuando más allá de estrechos límites, ansía alcanzar y sobrepasar las regiones ocultas tras el horizonte.
Las anteriores reflexiones surgieron con la lectura del poemario Signos Vitales, pues confirman nuestra tesis de que la poesía es un género específico que se manifiesta más allá de la versificación. En el poema Alimentó una pasión, primero de la sección titulada Los caballos de fuego, leemos:
Alimento un pasión tan desbocada
que supo nombres
allá por las alturas
eran de tal fuerza y tal belleza
que sepultó sigiloso
esa luminosidad en su propio silencio
como quien entierra sus hazañas
para que no huyeran por ese laberinto
de ilusiones hacia los otros.

La energía de su generosidad
fue tan patética, tan rara
que no encontró un idioma…

El poeta Norberto García Yudé —en prosa o en verso, siempre poeta— logra elocuciones de alta tensión literaria, en las cuales la originalidad no es el resultado de un propósito preconcebido, sino una consecuencia que se da por añadidura. Como ocurre en los textos de verdadera poesía y como nunca se da en la escritura retórica, perseguidora de tropos que no suelen ser más que meros juegos de palabras.
Con un lenguaje transparente, el poeta logra alcanzar profundidades que no pretenden ser intelectuales, pero que lo son porque la poesía es la forma emocional del conocimiento. Consciente de su cometido, es su poema yo nos dice:
Yo
soy el hombre febril de los errores,
aquél de los ensueños
aquél que camina hacia otros planos,
entre las multitudes,
mientras la vida lo corroe,
y sabe que lo que hace es único
porque soy el gran desequilibrio
en la fanática razón del mundo.

En el seno de la sociedad de masas, García Yudé rescata al individuo, pero precisemos: no al ego de la egolatría, sino al yo que se afirma en el tú. Del encuentro del yo con su interlocutor, surge, por un lado, la relación y, por el otro, el Yo-Tú, que es la ecuación verbal de la persona. El encuentro entre el yo y el tú hace posible el amor, definido por Martín Buber como la responsabilidad de un yo por un tú, y es precisamente el amor una de las ideas-sentimiento que movilizan esencialmente la inspiración de nuestro poeta.
En la sección titulada Los caballos de hielo, leemos:

Ella tenía
una lejanía de estepa en la mirada
y una certidumbre
de agujas en el pecho.

Con esta acuidad, Norberto García Yudé logra niveles poéticos que inscriben un nombre de singulares relieves en la literatura argentina de nuestro tiempo. Alejado de las modas y de los cepos que encierran a tantos liróforos celestes —como irónicamente los llamó Darío— el lector encontrará en nuestro poeta la ardua sencillez capaz de expresar los enigmas que encierran los laberintos del espíritu humano.
Como lo quiere la Escritura de los Proverbios, García Yudé no enturbia las aguas para que parezcan profundas.


Presentación del libro Signo Vitales en la Casa Museo Ricardo Rojas en Buenos Aires


En las fotografías Norberto García Yudé está con Cora Cané, (Clarín) Jorge Cruz (La Nación) José Luis Thomas, José Isaacson (De pie), Enriqueta Muñiz (La Prensa)







Desde temprana edad, este prolífero autor se inclinó hacia las artes. Debuto en el teatro Independiente con la companía de Onofre Lovero, junto a Haydeé Padilla, Betiana Blum y Walter Santana entre otros. Luego vendría el debut profesional en la primer temporada de estreno del teatro San martín de Buenos Aires. Allí actuó más tarde con diferentes elencos acompañando a Rodolfo Bebán, Maria Vaner, Luis Medina Castro, Emilio Disi, por citar algunos. No serían las tablas su destino final, estudió letras y periodismo. La literatura lo atrapó definitivamente. Publicó:
Cántaros crueles, poesía.
Días perdidos, cuentos.
Tiempo circular, cuentos.
Pez expreso, cuentos.
Partículas -dijo, cuentos.
Signos vitales, poesía.
Rosa Rosen, biografía, coautoria con José Luis Thomas.
Mentiras indecentes, cuentos.
Esa muchacha, poesía
Lucero…árbol… poesía.
La serranita, su historia, coautoría con José Luis Thomas
Extrañas maniobras, novela
Ha participado de antologías y es convocado como jurado para diversos certámenes literarios.

Fue corresponsal en el extranjero, y colaboró con medios gráficos y radiales en Bs. Aires y en Madrid. Cofundador con José Luis Thomas de El Francotirador literario (revista literaria) y de la Editorial El Francotirador ediciones. Creador y conductor de los ciclos radiales Entre Nosotros, literariamente hablando, en Radio El Sol de Lanús y luego lo llevó a Radio Nacional de Capital Federal, durante 9 años de permanencia en el aire, y Resistiré, en Radio El Dorado de San Fernando.
Obtuvo la Faja de Honor de SADE, Faja de Honor de ADEA, Premio ATLAS de ciudad de México, premio Gente de Letras y Madre Entidad, por mejor labor periodística. Sus poemas y cuentos fueron públicados en varias antologías a nivel nacional e internacional.
Desde hace diez años codirige con José Luis Thomas, Notiserrano, periodismo de opinión.