jueves, 23 de junio de 2011

¿Tendida así?

Cuento publicado en Notiserrano 114


por Norberto García Yudé

—…tendida así… entre la tierra y el cielo. Quiero seguir tendida, mirando pasar las nubes, sintiendo bajo mi espalda y mis caderas la tierra fértil, la tierra suave y tibia… las briznas suaves, aplastadas, húmedas, del pasto, acariciando mi piel…
Mi vestido de algodón azul, floreado, apenas roza… mi cuerpo… mientras esa hormiguita se afana en trepar a mi pie izquierdo descalzo, libre, atrevido… ¡Santo Dios!... ¡qué maravillosa es la naturaleza!!!... ¡cuánto verde, qué hermoso se ve desde aquí el sembradío, los trigales… aquel grupo de cipreses de espaldas al viento. El río serpentea en cámara lenta, y desde aquí, parece una cinta plateada… y los pájaros, amo los pájaros…
¡Ohhh!!!... allí va una bandada de cigüeñas, ¡qué espectáculo, qué bellas son! Siento vibrar mi ser y palpitar mi corazón de emoción en contacto con el paisaje, tendida así, de cara al cielo. La brisa suave juega con mi cabello. Mis formas de mujer, mis sentidos de mujer se agudizan…
Tendida así, bajo este tibio sol de primavera. Parece que se oyen romper los brotes de las plantas, la tierra entera clama su canción de amor, de su infatigable ciclo de reproducción. Igual que mi ciclo de mujer, también yo daré a luz alguna vez… vivir aquí… entre estos árboles… sería maravilloso, una interminable conjunción con la naturaleza… mirando siempre este cielo traslúcido, transparente, disfrutando esta serenidad con que me embriaga el paisaje y…
—Analía, Analía… ¿dormís? —susurro la enfermera abriendo con suavidad la puerta.
—Ehhhh… no… no tenía los ojos cerrados nada más. No la oí entrar.
—Bueno está bien, es la hora de la medicación y también debo controlar el pulmotor.

sábado, 11 de junio de 2011

Verduritas

De mi libro "Lucero...árbol"

La calesita vegetal que en torno mío gira, sonríe y me mira con ojos extraviados porque siempre que entro a los mercados reaparece mi humor vegetariano.

Me deslumbro en sueños
sobre un colchon de zanahorias ateridas
despierto el mundo de tímidos repollos
que enrollados retoman su redonda vida
y zapallos pequeños y arrugados
consultan a melones impávidos
amarillos ante el loco aparecido
alcahuciles prehistóricos en actitud
de vuelo reprimido con su millar
de plumas recogidas acechan desconfiados
los tomates porfían de todas partes
sus primorosos rubores de esmalte.

Y quisiera llevármelos a todos
hundirme en abrazos de ternura
disfrutar los aromas apretarlos
acariciarlos susurrarles que ellos
también son creación prodigarles
un beso universal en vez de masticarlos.

En medio de la danza loca
que a ritmo vegetal bailamos
maquivélicos horizontes de apio
praderas de acelga y de lechuga
barricadas de todas las verduras
me confunden con otro.

El desorden de arco iris centelleante
de mares descollantes desatados
y diminutos soles enhebrados
de enrojecidas y rosadas lunas
que en vértigo botánico destejen la rutina
por las esquinas del mercado
inundaron mis ojos con su gracia mil
retomo apaciguado un poco la cordura
vuelvo al punto inicial de mi aventura
aunque mareado entre sereno y embrujado
le pido al verdulero
un
poquitín de perejil!