jueves, 17 de marzo de 2011

Nuevo libro de poemas


Voy a presentarlo festejando mis cincuenta años con la cultura, el 16 de abril a las 20 horas en La Casa de la Cultura de Alta Gracia.


Andrina Cautiva

Cora Cané, dice de Andrina

Andrina ha construido una cárcel de escamas y de espumas de mar, donde el poeta es voluntario prisionero; y por esas extrañas revelaciones de un paisaje onírico que sólo él descubre, es prisionero; y al mismo tiempo, Andrina es cautiva del poeta.
Con delicado lirismo recrea las orillas de su mar imaginario, en las que Andrina juega, estalla en escamas resplandecientes, se hunde en misteriosas profundidades, surge espléndida, concede, rechaza, es palpable e inasible, mágica y real, sabe las escaramuzas de la sensualidad, sonríe, llora…
Andrina es, en definitiva, el símbolo del Amor; el que yace en las profundidades del espíritu y sólo es descubierto por el poder de la fascinación y el delirio.
El mundo deslumbrante de Andrina es, en realidad, el mundo deslumbrante del Amor, con sus esplendores y sombras, euforia y melancolías, resignada espera, vibrantes impaciencias, goces y padecimientos. Es el Amor que agrede y es víctima; seduce y es seducido.
¿Quién dio impulso a la marea que llegó “una mañana azul de primavera, desde el vientre del mar”? Era el ímpetu del amor naciente, luminoso de sol, bañándose en espumas, tendiéndose en las arenas doradas. Era la “luz menor del atardecer”, cuando el amor descansa de la pasión. Era el amor, acaso doliente, del anochecer. Estas bellas figuras que huelen a sal marina y recogen el sonido de las alas de las gaviotas, son los carceleros que encierran el corazón del poeta. Son espíritus inventores de mágicas alucinaciones, que visten a Andrina con “vestidos de seda, en la mañana /para que luzca después de que esta noche / nuestros cuerpos ahuyenten fantasmas”. Son los “espíritus en la niebla” que se dispersan en la mañana, porque la realidad los encandila, los hiere y evapora la magia lirica del Amor, en las “finales horas/porque vendrá el adiós”.

José Luis Thomas, dice:

El amor es una frontera que sólo pueden conquistar algunos privilegiados.

La escultura que ilustra la tapa y contratapa es de la escultora argentina Marina Dogliotti